miércoles, 2 de febrero de 2011

Urgente: Tengo que renovar el DNI.

Me estoy sacando el carnet de conducir. Se que no tiene el valor que yo le doy, ya que lo tiene casi la totalidad de España, pero para mi es algo importante. Me va a permitir tener cierta agilidad en determinados momentos.

Esta introducción, carente de interés, es necesaria para entender la segunda parte ( probablemente también carente de interés pero me ha sucedido y lo voy a contar).

Partamos de esta premisa. Tengo el DNI caducado, sé que no es un drama, pero cuando no tienes mucho tiempo libre y te tienes que presentar al examen de coche, esa tontería coge otro significado.

El profesor me comenta que no me puedo examinar con el carnet caducado, dato que me olía pero hasta que no te lo dicen prefieres pasarlo por alto.Decido llamar a un teléfono del Estado donde te dan cita. Tras varios minutos esperando, una amable maquinita me atiende y me da cita para el 24 de febrero a las 14:00

Yo: Perdone, ¿no podría ser antes?

La maquina te dice que tienes otra fecha posible, por lo que empiezo de nuevo la operación con tan buena suerte que la fecha es aún más tarde. Cuelgo enfadado y decido pasar al plan B. Voy a renovar el DNI en un día, ¡A LO LOCO!.

A las 09:00 del día siguiente voy a la comisaría de Portugalete (es la que me corresponde), y le pregunto al policía que está en la puerta.

Yo: Hola, buenos días, venía a sacarme el DNI.

Policía: ¿Tienes cita?

Yo: No, llamé por teléfono…

Policía: ¿Pero no has leído el cartel?

Yo: ¿Cómo?

Policía: Si, el cartel que está en la puerta.

Justo en ese instante me fijo en su dentadura y me percato que tiene algo amarillito entre los dientes. En este momento pierdo el control pero intento disimular. El policía me acompaña gentilmente a la puerta, y me señala uno de los 5 carteles que hay colgados.

Policía: No ves, ¿qué es lo que pone aquí?

Yo lo repito pero no lo retengo porque no puedo parar de pensar en esa cosita amarilla.

Policía: Apúntalo

Obedezco y saco el iphone, pero estoy tan nervioso que no lo apunto. Finjo apuntarlo para así, irme cuanto antes de esa comisaria, porque ese señor me ha destrozado la mañana con su falta de higiene bucal.

Yo: Hasta luego, muchas gracias.

Me voy de la comisaría, y sé que tengo que ir a Bilbao, pero no sé exactamente el sitio. No me preocupo. ¿Qué sería de esta vida sin un poco de riesgo?

Cojo el autobús y llego a Bilbao, camino unos minutos y veo una cola enorme de extranjeros en posición de hasta los huevos. Es aquí fijo, me digo yo. Voy a la puerta y me encuentro con otro policía:

Policía: Hola buenos días.

Yo: Buenos días. Venía a renovar el DNI.

Policía: ¿Tienes cita?

Yo: No, pero en la oficina de Portugalete me han comentado que aquí se hacen en el momento.

Policía: Jajajaja, pero ¿cómo vienes a las 09:45?

Yo: Pero, ¿es tarde?

Policía: Claro, aquí los números para hacerse el DNI el mismo día se reparten a las 08:30, pero casi mejor que vengas a las 07:30 porque se forman unas colas enormes.

Yo: Vale, vale, pues nada, vengo mañana.

Regreso a mi casa pero ya sé el sitio y la hora para el día siguiente.

Día siguiente:

Cojo el autobús a las 06:25. Llego a Bilbao, y cuando estoy llegando al sitio veo que no hay cola. No me lo puedo creer pero a la vez me parece normal porque a esas horas no está despierto ni Dios. Tras varios minutos solo en la acera veo cómo un policía me hace gestos. Llevo cascos por lo que no le oigo nada. Me quito los cascos y le grito

Yo: ¿Me ha dicho algo?

El me mira y no me contesta. Decido acercarme.

Yo: ¿Perdone, me ha dicho algo?

Policía: Primero, buenos días.

Yo: Buenos días. ¿Me ha dicho algo? ( tercera vez que lo pregunto)

Policía: Por motivos de seguridad no puede estar quieto ahí.

Yo: Pero si estoy esperando a recoger el número para renovar el DNI.

Policía: Pues entonces colóquese en la fila

YO: ¿Qué fila?

Policía: Esa ( señalando a otra parte)

Yo: ¿Esa es la cola para el DNI?

Policía: Efectivamente.

No me lo puedo creer. Son las 06:50 y en la fila igual hay 60 personas. ¡Esto es acojonante!.

Tampoco tengo otra opción, por lo que voy y me coloco el último.

Llevo 10 minutos cuando veo a lo lejos un chico con riñonera y un perrete caminando a su lado. Le sigo con la mirada, veo que se dirige directamente al que está primero en la fila. LE EMPIEZA A PEDIR DINERO. No me lo puedo creer, ¿Este tío va a pedir dinero a toda la cola uno a uno a estas horas?. Efectivamente, pide a todos, y nadie le da excepto uno. Seamos realistas, si pides dinero para poder renovarte el DNI en la cola de espera para renovarse el DNI es más fácil. Pero, no se que me da, que este tío no quería utilizar el dinero para renovar su DNI. Bueno, sigo. El hombre se recorre de nuevo la fila, pero en esta ocasión si no le das dinero empieza a hacer comentarios sobre tu ropa, la vida, la injusticia social etc… Por favor, que nadie olvide que son las 06:55.

Al final, en un momento de lucidez el tío decide pedirle dinero al policía. Podría decir que el policía amablemente le dijo que no, pero no fue así, y el tío se mosqueó. Con razón. Pero lo mejor de todo es que algo pasó en ese instante porque el tío regresa de nuevo donde la persona que le había dado dinero y se lo devuelve. Hecho que nos descolocó a todos. Puedo asegurar que no quería renovar el DNI.

A las 7:30 la policía nos dice que tenemos que colocarnos en otro lugar y nos indica amablemente el destino. Cuando digo amablemente me refiero a esto.

Policía: Escúchenme por favor porque solo lo voy a decir una vez. Los que tengan que renovar el DNI que se coloquen en el lado más próximo a la pared, y los de inmigración en este otro lado.

Un señor que estaba delante mío no lo había entendido, y le pregunta a ver dónde se tienen que colocar los que vienen a renovar el DNI.

Policía: ¡Que pasa, no se me entiende cuando hablo. Los del DNI en el lado más cercano a la pared!.

Nos quedamos todos un poquito acojonados.

Una hora después se abre la puerta de la comisaría y sale un señor que te da un numerito y te dice.

Señor: A usted le ha tocado a las 11:30. ¿Puede?

Yo: ¿No puede ser un poco antes?

Señor: No

Yo: Perfecto, a esa hora me viene de perlas.

Desde las 08:30 hasta las 11:30 estoy andando por Bilbao sin saber qué hacer . A las 11:30 me saco el DNI, regreso a casa, y espero a que llegue la hora a la que había quedado con el profesor de la autoescuela.

AUTOESCUELA.

Llego donde el profesor y le comento que ya tengo el DNI

Yo: Ya me he sacado el DNI

Profesor: Muy bien, es un coñazo, ¿verdad?

Yo: Si, no te voy a engañar. Pero bueno mira, como me dijiste que tenía que tener renovado el DNI para presentarme al examen práctico te comento que ya lo tengo, y me gustaría presentarme el jueves que viene.

Profesor: Yo creo que no estas preparado.

Yo: ¿Cómo? Pero …

Profesor: Yo esperaría una semana más….

En ese momento me le quede mirando fijamente durante 30 segundos intentando matarle con la mirada pero no pude, no se como se hace. Le hubiese sacado del coche y le hubiera atropellado con el mismo coche de la autoescuela.

PD: Si presentáis una foto sacada en el WC de vuestra casa con la cortina de la ducha de fondo, cuela.

jueves, 20 de enero de 2011

Cuchufleta

Nunca he escrito un post superior a 5 líneas, no soy periodista, y probablemente mi forma de estructurar un texto no sea la correcta, pero antes de nada quiero que quede claro; me la suda.

Soy realizador de televisión y publicidad, guionista ocasional ( en temas menores), y montador. Hoy he estado comiendo con un amigo, director y guionista de tv. Lleva muchos años escribiendo, y así como si nada, mientras comíamos, me suelta que tiene dolor de cuello. Lo comprendo, cómo no, si el 90% de las personas que conozco que se dedican al mundo audiovisual trabajan en condiciones lamentables. Pero no os equivoquéis, no voy a hacer un texto sindicalista sino realista.

Escribo estas líneas sentado en el sofá de mi casa, con la entrepierna a una temperatura no aconsejable, ya que tengo el portátil encima. ¿Cuál es el motivo por el que la gente que nos dedicamos al audiovisual ( entre otras profesiones vejatorias), tenemos unos hábitos de trabajo tan peculiares? ¿Nos gusta el sufrimiento? ¿Creemos que la incomodidad que es buena para la creación? ¿Queremos sentirnos diferentes?

Tengo tres lugares donde trabajo:

1- El sofá de mi casa: lugar destinado al disfrute y descanso.

2- Pequeña habitación donde tengo una mesa junto con otras mil cosas más. Conocido en la cultura occidental como trastero.

3- Los medios de trasporte: tren, autobús, metro, etc..

En esa pequeña habitación he montado, desde el making of de una película española, hasta un videoclip de un grupo valenciano. La habitación está compuesta por una mesa de trabajo, una estantería llena de cosas no relacionadas con el audiovisual, y una maleta enorme que me impide estirar las piernas . Pero aún así, saco el trabajo de una forma digna.

Tras conversaciones con amigos que se encuentran en situaciones similares a la mía, he llegado a la conclusión que no es que yo sea un puto desgraciado sin capacidad para establecer orden en mi vida, sino que todos lo somos, o por lo menos casi todos.

Mi amigo me dice que el dolor de cuello viene motivado por escribir muchas horas con el portátil en la mesa y estar mirando hacia abajo. Claro, le contesto yo, normal. Entre tanto, entra en escena otro amigo, músico de profesión y con un lugar de trabajo con un nivel de saturación visual superior a cualquier plano de Alien. Bien, pues este buen hombre le recomienda subir el portátil varios centímetros, con eso ganamos en grados de inclinación de tu cabeza y no forzarás tanto el cuello. Buen consejo. Vamos a la Fnac y mi amigo se compra un teclado portátil para la operación. Llega a casa y me manda una foto donde tiene el ordenador colocado sobre dos tomos de Predicador, y el asunto del mail es : ¨Pero qué puta vergüenza¨

No estoy conforme: Lo que tu llamas vergüenza yo lo llamo dignidad. Es así, siempre ha sido así: apaño tras apaño y tira ¨ pa lante¨. ¿ O hay otra forma de hacer las cosas?.

No lo creo. Uno tiene el portátil sobre dos tomos de Predicador, he visto con estos ojos que me ha dado Dios, escribir con un teclado portátil sobre las pantorrillas y el monitor del ordenador ser una tele de 50 pulgadas, pero también he visto hacer un render para una película que se distribuirá en España y en el extranjero sobre una mesa de cristal ochentera en un piso de alquiler en Madrid. Otro amigo tiene el mac en una mesa llena de platos de DJ conectados entre sí, y cuando pincha lo lleva a los bares. Y como éstas, me imagino que habrá unas mil historias iguales o mejores de gente que se dedica a esto.

¿Cuál es la razón por la que la taza de café está cerca del ordenador, si sabes que tarde o temprano la vas a tirar?. ¿Cuántos bocatas de chorizo te has comido encima del teclado y no has podido sacar las migas de las ranuras?. Todo esto es premeditado.

Tras tanta reflexión me pregunto:

¿Spielberg, De Palma, Scorsese, Ken Follet, Bono y Enrique Iglesias tendrán nuestros mismos problemas? Prefiero pensar que sí, porque sino es generacional y me empezaría a preocupar. Por lo tanto: ¿Por qué no ponemos solución a los dolores que sufre nuestro cuerpo?. Creo que nos gusta. Es así.

Al final, y lo mejor de todo es lo que ha dicho mi amigo mientras subíamos las escaleras mecánicas de la Fnac: ¨¿No te parece acojonante que estemos haciendo trabajos para cadenas nacionales en estas condiciones?.

Aprovecho la ocasión y le contesto. SI, me parece tan acojonante que aún no sé ni como nos contratan, pero como dice el refrán ¨mas vale lo malo conocido que lo bueno por conocer¨. Que se jodan las mesas y pupitres, a la mierda con los despachos tradicionales, la ergonomía está sobrevalorada …. La comodidad limita, frena y sobre todo es más aburrida. ( esta última frase la he escrito tumbado en el sofá en una postura imposible)